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 SAMSUNG DESARROLLA UN MODELO DE RECICLAJE TECNOLÓGICO PARA ENFRENTAR UN FUTURO SOSTENIBLE

La multinacional recupera materiales como el cobalto, para fabricar nuevas baterías manteniendo los estándares de calidad y recolecta dispositivos en desuso para extraer metales valiosos para reintegrarlos en la cadena de producción. 

La industria tecnológica está comenzando a enfrentar uno de sus mayores desafíos: reducir el impacto ambiental de sus productos sin comprometer la innovación. En ese contexto, Samsung ha desarrollado un sistema pionero de reciclaje de materiales críticos para baterías, con el objetivo de establecer una cadena de suministro verdaderamente circular.

Este enfoque representa un cambio de paradigma. En lugar de depender exclusivamente de materias primas extraídas de la naturaleza, la compañía está apostando por recuperar y reutilizar recursos provenientes de sus propios dispositivos usados. Es una estrategia que busca transformar los residuos electrónicos en un nuevo punto de partida para la fabricación de componentes de alta tecnología.

Cobalto: el mineral estratégico que puede reciclarse indefinidamente

Uno de los focos del proyecto es el cobalto, un metal clave para las baterías de iones de litio que alimentan la mayoría de los dispositivos móviles actuales. Aunque su función es esencial —permite el movimiento controlado del litio y garantiza la estabilidad energética—, su extracción suele implicar costos sociales y ambientales.

Samsung ha demostrado que el cobalto puede ser reciclado indefinidamente sin perder su calidad. Mediante un proceso técnico avanzado, logra extraerlo de baterías usadas y reincorporarlo en nuevas celdas de batería, sin diferencias funcionales respecto al cobalto extraído directamente de minas.

¿Cómo funciona una cadena de suministro circular?

El modelo desarrollado por Samsung comienza con la recolección de dispositivos electrónicos desechados, a través de programas de devolución o reciclaje. Las baterías se desmontan, descargan y trituran para generar una “masa negra”, un polvo compuesto por metales valiosos como litio, níquel y cobalto.

Esa masa se refina para recuperar el cobalto de alta pureza, que luego se utiliza en la producción de materiales catódicos, esenciales en la fabricación de nuevas baterías. En algunos casos, más de 90% del cobalto contenido en los residuos puede ser reutilizado con éxito.

Este sistema ya opera en Samsung, en Vietnam, donde anteriormente no existía infraestructura de reciclaje adecuada. Allí se recolectan toneladas de baterías defectuosas o recuperadas de procesos de reparación, que ahora pueden integrarse de nuevo al ciclo productivo.

Un modelo replicable para la industria global

Más allá de los avances puntuales, este sistema representa una hoja de ruta para la industria electrónica en general. Demuestra que es posible fabricar productos de alto rendimiento utilizando materiales reciclados, y que la tecnología puede liderar soluciones frente a la crisis ambiental.

Con esta iniciativa, Samsung ha probado que la circularidad no es solo una aspiración, sino una realidad en producción a gran escala. El próximo paso para la multinacional será expandir el reciclaje a materiales como el litio, acelerando la transición hacia una industria tecnológica más responsable con el planeta.

Samsung también ha comenzado a extender el enfoque de circularidad a otros materiales, como el plástico técnico proveniente de descartes industriales. Su meta es establecer una economía circular robusta en todas sus líneas de producción.

El desarrollo de este sistema no solo reduce la dependencia de recursos finitos, sino que también plantea una visión más responsable sobre el ciclo de vida de los productos tecnológicos. En un mundo cada vez más digitalizado, innovaciones como esta serán clave para que el progreso y la sostenibilidad avancen de la mano.

Para conocer más sobre esta iniciativa, visite: https://youtu.be/NVwWi_GbTIk

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